martes, 7 de julio de 2015

MILÁN, MAS ALLÁ DE LA MODA Y EL GLAMOUR

Se conoce a Milán como la ciudad de la moda, de las compras o del glamour, pero la ciudad es mucho más que todo esto. Milán es una ciudad con numerosos atractivos dignos de ser visitados.

La segunda ciudad más grande de Italia, después de Roma, es fácilmente accesible llegar en vuelos de bajo coste y sin que el vuelo te cueste un riñón. Así que, esta capital tan "de moda" esta al alcance de todos. 
El aeropuerto de Milán Malpensa se encuentra bastante lejos de la ciudad, a unos 50 quilómetros. La manera más rápida para llegar a la ciudad es con el tren Malpensa Express, un tren moderno y funcional. que en poco más de media hora te lleva al centro.
En cuanto al alojamiento, es ya otra historia. Los euros que os habréis ahorrado en el vuelo, seguramente los desembolsareis en el alojamiento. Italia no es barata y si lo que queréis es un hotel céntrico, lo tendréis que pagar. Siempre cabe la posibilidad de alejaros un poco, pero luego tendréis que pagar el transporte público. Cuestión de gustos y especialmente del money del que dispongais. 
Lo primero que llama la atención es el Duomo, la catedral gótica revestida de mármol. Es el monumento más representativo, el icono de la ciudad y se encuentra en el corazón de Milán. Sus dimensiones son espectaculares: tiene 157 metros de longitud y una capacidad para 40.000 personas, es una de las catedrales más grandes del mundo.

El grandioso interior tiene unas bonitas vidrieras, 52 pilares, y el tesoro de la catedral: un Clavo de la Cruz de Cristo. El sábado más cercano al 14 de Septiembre es el único día en que los fieles pueden admirarlo
  
La entrada a la catedral, las terrazas (en ascensor o a pie), la Cripta y el Tesoro, tienen un precio. Como los precios aumentan rápido, la mejor manera de saber lo que cuesta es mirando la propia web del Duomo.
Frente al Palacio Marino, sede del Ayuntamiento, se alza la estatua de Leonardo Da Vinci.

Muy cerca tenemos la Galleria Vittorio Emanuele II, tambien conocida como el Salón de Milán. Es un edificio construido entre 1865 y 1877 formado por dos arcadas perpendiculares y cubiertas por una bóveda de vidrio. En este elegante paseo comercial podemos encontrar las firmas más exclusivas y restaurantes "chic" muy agradable para pasear y mirar.
  
El Teatro de la Scala es uno de los teatros más famosos del mundo. A lo largo de los años ha sufrido bastantes visicitudes y ha sido reconstruido en varias ocasiones.

La iglesia de San Lorenzo Maggiore es la más antigua de Milán. Fue erigida en el siglo IV y constituye el resto más importante de la Milán romana y paleocristiana. Tras varios incendios fue reconstruida varias veces conservándose la planta original.

En su interior destaca la Capilla de San Aquilino en donde hay mosaicos bizantinos del siglo IV.
 
Frente a la iglesia hay una estatua de Constantino, copia en bronce del autor del Edicto de Milán que, en el año 313, terminó con las persecuciones de los cristianos.

16 columnas corintias de los siglos II y III, que formaban parte de un templo no identificado, cierran el conjunto de la Basílica de San Lorenzo.


Podemos seguir caminando en dirección sur pasando por la Basílica de San Eustorgio que fue construida para albergar las reliquias de los Reyes Magos, aunque en 1164, Barbarroja las llevó a la Catedral de Colonia. 


Los Navigli es el distrito portuario de Milán. Antiguamente Milán tenia una buena infraestructura de canales que, mediante un sistema de esclusas, permitía a los barcos navegar entre ellos y transportar carbón y sal a la ciudad para, después, partir de ella con artesanía y telas.

En los años treinta algunas secciones de los canales se rellenaron con tierra y, en 1979, cesó totalmente la navegación. Ahora es uno de los barrios más animados de la ciudad abundando las tiendas y los talleres de antigüedades. A lo lago del Naviglio hay bloques de pisos del color típico milanés, el amarillo.


Todavía pueden verse los antiguos lavaderos, con techos de madera dónde las mujeres lavaban la ropa.
 
La Basílica de San Ambrosio es una iglesia muy peculiar ya que está flanqueada por dos campanarios de diferentes alturas y precedida por un amplio atrio que era utilizado por la gente del lugar para refugiarse de los peligros antes de que se construyeran las murallas de la ciudad.


  
En la cripta se exponen los esqueletos de San Ambrosio, San Gervasio y San Protasio.
 
La iglesia de Santa Maria de la Grazie es una iglesia corriente pero muy especial, ya que contiene el famoso fresco "La Última Cena", de Leonardo Da Vinci. La sala donde se encuentra la pintura fue usada como establo en la época napoleónica y resultó dañada por los bombardeos de 1943. Afortunadamente, la obra se salvo porque había sido protegida con sacos de arena. Para ver el cuadro hay que pedir cita previa con bastante antelación.

El Castillo Sforzesco, símbolo de Milán, fue en su origen el palacio de los Visconti. Mas tarde, los Sforza lo convertirían en una de las cortes más importantes de la Italia renacentista. Bajo el dominio español y austriaco, el castillo fue declinando paulatinamente, a la vez que recuperaba su primitiva función militar.
  
 
Frente al castillo se encuentra el Parque Sempione, un jardín de estilo inglés que contiene varios monumentos y edificios históricos. Al fondo, el Arco de la Pace, inspirado en el arco del Triunfo de Séptimo Severo.

Milán tiene muchos y buenos museos pero, si no hay tiempo y hay que escoger, elegiría La Pinacoteca di Brera que posee una importante colección de pintura de grandes maestros y obras de arte tan conocidad como "El Cristo  Muerto" de Andrea Mantegna. 

Milán es también un excelente punto de partida para alejarse de la ciudad y hacer una escapada a los lagos Como, Maggiore o Garda que es lo nosotros hicimos. Si quereis seguir nuestro viaje, pinchad AQUI



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