jueves, 9 de diciembre de 2010

ESCAPADA A FRANKFURT Y ALREDEDORES (2009)


Como viene siendo habitual, aprovechamos un vuelo de bajo coste ¿hacia dónde?...esta vez le toca el turno a Frankfurt una ciudad que, en sí, no nos llama demasiado la atención pero que tiene unos bonitos e interesantes alrededores que bien valen esta escapada.

Imprescindible, alquiler de coche. Hemos confeccionado una mini ruta para este fin de semana con ciudades y pueblos que son de nuestro interés



VIERNES 14-8-09

A las 6.30 de la mañana nos despedimos de nuestra hija, que aún está dormida:

-Disfrutad muchooooooo!!!
-Muchos besitos y oído al despertador, que tu tienes clase.

Aunque es tempranito, encontramos muchos coches en la autopista; pisamos un poco el acelerador, ya que tememos llegar demasiado justos de tiempo.

Llegamos a las 7.30 a Girona y, como siempre, vamos a desayunar. Nos damos un poco de prisa ya que a las 8:00 embarcamos.

El avión es muy estrechito; por una vez agradezco ser bajita ya que miro a mi alrededor y veo que a mucha gente le tocan las rodillas al asiento de delante. Cesc, que como siempre lee el periódico, no sabe como ponerlo: ¿le falta mesilla?….¿le sobra periódico?...
Me entretengo un rato mirándole y me entran ganas de reir ¿conseguirá leerlo todo sin ponerse nervioso?
El vuelo ha sido perfecto y, a las 11.30 llegamos a Frankfurt, al aeropuerto de Han. Como no hemos facturado maletas, nos vamos directamente a alquilar el coche con la compañía Avis. Nos dan un BMW pequeñito. Miramos bien el coche que no tenga ningún arañazo ya que he leído que Avis en Alemania son un poco quisquillosos y no queremos tener problemas al devolver el coche.

Ya en el coche, ponemos rumbo hacia Worms. Esta antigua ciudad está ligada a la mítica “leyenda de los Nibelungos”: la epopeya que cuenta la destrucción del imperio de los burgundios, cuya capital era Worms, a manos de los hunos. Por toda la ciudad se encuentran los nombres de Sigfrido, Brunilda y Hagen haciendo referencia a la leyenda y, aunque en la actualidad es una ciudad industrial, aún conserva muchos vestigios de su glorioso pasado.

Lo más destacado de la ciudad es su imponente catedral románica que, milagrosamente, sobrevivió a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. 

Hacemos un alto para comer en un restaurante griego, en el que comemos fatal, y continuamos la ruta por la ciudad.

 
Queremos ver la Synagoge más antigua de Alemania cuyos orígenes se remontan al 1034. Fue destruida totalmente en el 1938 y posteriormente reconstruida.


Llegamos hasta el Judenfriedhof, el cementerio judío más antiguo de Europa, milagrosamente salvado de la barbarie nazi. Es un cementerio espectacular; algunas de las tumbas, esparcidas en un radio muy grande, se remontan al siglo XI. Las lápidas, rotas, torcidas, grandes o pequeñas forman un espectáculo digno de una película de terror
 
Vista la ciudad de Worms nos desplazamos hacia Michelstadt, una pequeña y pintoresca ciudad con muchas casas de vigas entramadas.
 
Tiene una plaza que está considerada como una de las más bonitas de Alemania.
 
El ayuntamiento, de dos plantas y vigas entramadas, es precioso. Tiene una similitud con el de la ciudad de Quedlinburg, pero con muchísimos menos turistas.
Paseando por la ciudad vemos una curiosa manera de anunciar una especialidad médica. Nos reimos un buen rato haciendo la foto.
 
Sobre las 6 de la tarde salimos de Michelstadt y nos vamos hacia Darmstadt, dónde tenemos el hotel.
Durante la Segunda Guerra la ciudad fue destruida casi enteramente. Milagrosamente, solo se salvó de los bombardeos la Mathildenhöhe, una colina cercana al centro, en la que se asentó, a principios del siglo XX, una colonia de artistas de vanguardia.

En la colina hay un parque precioso con unos edificios singulares en los que destaca la Russiche Kapelle. El zar Nicolas II la hizo construir como regalo para la zarina en 1899 y presenta la decoración característica de las iglesias ortodoxas: cúpulas doradas, mosaicos y cerámica. En fin, una preciosidad!

 
Otro edificio importante es la imponente Hochzeitsturm, una enorme torre rematada por un coronamiento escalonado y curvo que es utilizada para exposiciones temporales.
 
Toda la colina y los edificios que en ella se encuentran nos han gustado mucho pero empieza a ser un poco tarde. Dejamos este bonito lugar para llegar hasta el centro de la ciudad y buscar algún lugar para cenar. Hoy hemos comido ligeritos y, a estas horas, la barriga se empieza a quejar .En la plaza del mercado encontramos el restaurante que buscamos y los spaguettis a la boloñesa y los tallarines a la carbonara nos entran estupendamente. Después de la cena y de un completo dia, paseamos un poco por el centro de la ciudad....
 
... y nos vamos al hotel, no sin antes llamar a la niña que ya tenemos ganas de oir su voz. Después de repetirle que se asegure de cerrar bien la puerta, nos damos las buenas noches, nos mandamos muchos besitos…y a dormir.

SABADO 15-8-09

Hemos dormido regulín-regulán debido a unos almohadones enormes y cuadrados en donde era imposible poner cómodamente la cabeza.

Después de la ducha para despejarnos, nos vamos a desayunar. El desayuno es sencillito: hay cereales, un poco de embutidos, un poco de fruta y algunos croasanes, que es lo que al final acabo comiendo.
Sobre las 10 salimos del hotel. Antes de dejar la ciudad queremos ver un complejo residencial, llamado Espiral del bosque. Está formado por 105 viviendas de diseño irregular y poco académico  construidas en 1990. El edificio destaca por sus mas de mil ventanas, todas descolocadas y todas diferentes, únicas, al igual que los pomos y tiradores todos, también, diferentes,  el vivo color de la fachada, y la disposición en U del edificio en cuyo tejado, en forma de rampa hay plantado cesped, arbustos y flores.


 

Ha valido la pena perder un poco de tiempo para ver este conjunto de viviendas tan peculiares.
En general Darmstadt nos ha gustado, es una ciudad tranquila, culta, con muchas calles arboladas y unos edificios muy interesantes en la colina Mathildenhöhe. La siguiente parada será el castillo de Aschaffenburg.
Este enorme castillo construido entre 1604 y 1614 es visible desde cualquier punto de la ciudad. No en vano, sus cuatro torres tienen una altura de 64 metros. Su  exterior es imponente y es considerado una de las construcciones más importantes del periodo renacentista alemán. 


El interior es moderno en su totalidad. Alberga colecciones de arte, una exposición de maquetas de la Roma antigua que está muy bien y algunos muebles de época. Salimos un poco decepcionados.


 
La Stiftskirche, iglesia románico-gótica, marca el pequeño centro de la ciudad.


Paseamos por los jardines que se extienden a orillas del rio Main.


Próxima parada Gelnhausen, una ciudad medieval que fue residencia habitual de Federico Barbarroja y próspera ciudad comercial durante toda la Edad Media, lo que explica que el casco histórico posea dos plazas del mercado.
Durante la Guerra de los Treinta Años fue destruida y abandonada. Los edificios medievales de piedra fueron sustituidos por casas de entramado de madera que, perfectamente restauradas, constituyen el mayor atractivo de la ciudad.


Realmente nos ha gustado muchísimo la ciudad. Tiene mucho encanto, casi te sientes transportado dentro de un cuento. Aprovechamos para comer y seguir disfrutando, a pesar del calor, de las bonitas vistas que nos ofrece la ciudad.


Con tristeza, decimos adiós a Gelnhausen, para llegar, después de unos cortos 15 kilómetros a Büdingen, una ciudad de potentes murallas y torres medievales. Muy agradable de ver, paseamos tranquilamente por sus calles y atravesamos las puertas de las murallas. Es pequeña, tranquila y también muy bonita.


Con los pies molidos de tanta caminata y con un sol de justicia a nuestras espaldas, deseamos entrar en el coche y poner el aire acondicionado para recuperarnos un poco. A pesar del cansancio, estamos muy contentos porque todo lo que hemos visto hoy nos ha gustado muchísimo.

Ponemos dirección Frankfurt. Llegamos a buena hora y no tenemos ningún problema en encontrar el hotel “Concorde”. Aparcamos justo delante, con lo que nos ahorramos el parking, y dejamos las maletas.
La gente de recepción, en especial el chico que nos atiende, muy amables.
La habitación es muy rara: tiene una ducha totalmente acristalada dentro de la habitación y separada de los ojos indiscretos sólo por una cortina. Nos reímos un buen rato.



Frankfurt es una importantísima ciudad financiera que puede presumir de tener, dos de los cuatro edificios más altos de Europa. La gran abundancia de bancos y empresas, construidas en altura, la han ayudado a diseñar un skyline impresionante, por este motivo a la ciudad se la conoce como la Manhattan de Europa. 
La ciudad que parece haber enterrado bajo los escombros de la Segunda Guerra los testimonios de su glorioso pasado. Es un centro cultural y financiero de primer orden con multitud de ferias anuales y contando con casi cuatrocientos bancos.
Empezamos la visita por el barrio de Messegelände que tiene unos edificios altísimos. Es un barrio que crece hacia arriba.



Pasamos por delante del edificio del Banco Central Europeo y lo primero que nos viene a la cabeza es money....money....money

Mientras vamos caminando vemos una curiosa forma de tomarse una cerveza



Llegamos hasta la orilla de los museos para llegar al Römerberg, plaza considerada el centro de la ciudad y reconstruida en parte después de la Segunda Guerra Mundial. 


En una de sus terracitas hacemos un alto para cenar ya que empieza a oscurecer.

No somos muy amantes de la gastronomía alemana y aunque el entorno es muy bonito y romántico, la cena no nos ha acabado de gustar. Para subir un poco los ánimos nos vamos al barrio joven, el Sachsenhausen, barrio dónde se amontonan multitud bares y cervecerías. 
La gente joven se reúne allí con enormes botellas de cerveza en mano para charlar, bailar y en definitiva para divertirse. Se ven cantidad de despedidas de solteros/as, ninguna papelera para tirar un triste papel y gran cantidad de policía por los saraos que se arman bien entrada la noche. Paseamos por las animadas calles... y, con los pies molidos, nos vamos hacia el hotel.


DOMINGO 16-8-2009

Después de desayunar nos despedimos de Frankfurt y ya, en dirección hacia el aeropuerto, hacemos aún dos paradas más: la primera en el Monasterio de Eberbach, antigua abadía cisterciense en la que se grabó algunas escenas de la película “En nombre de la Rosa

Se visitan varias estancias del monasterio: la iglesia, el claustro, el refectorio de los monjes, las cocinas, la sala de la biblioteca...
 

y, por supuesto, las fantásticas bodegas


La visita ha sido interesente y amena. Compramos antes de irnos un recuerdo para la niña y volvemos al coche para realizar la última visita de este corto viaje: Maguncia, bonita ciudad y activo centro comercial e industrial, así como sede universitaria dedicada a Gutemberg, célebre hijo de la ciudad, inventor de los caracteres móviles de la imprenta.
Nos acercamos primero a St Peter, la iglesia barroca más importante de la ciudad

Pasamos por la Rathausplatz, gran plaza abierta al Rhin y símbolo de la Maguncia moderna
Cesc no encuentra aparcamiento así que voy en un plis-plas a tomar algunas fotos de la plaza mientras él me espera en el coche.


Dejamos el coche en un parking, ya que es imposible aparcar y nos dirigimos hacia la catedral de St. Martín y St. Stephan.


Paseamos por sus calles y plazas...


....hasta el Gutenbergmuseum. Este museo, dedicado a Gutenberg, reconstruye a través de documentos y piezas originales la historia de la imprenta. Tambien hay la reconstrucción de su taller. 
Una habitación blindada custodia el tesoro: manuscritos y libros impresos del siglo XV y la Biblia llamada “de las 42 líneas”, realizada en 1455 por Gútenberg. Imposible tomar alguna foto dentro del museo, prohibición absoluta.

Después de la visita al interesante museo y para no perder demasiado tiempo, comemos en un McDonalds de la bonita Schillerplatz y, mientras degluto la hamburguesa, miro a un cielo que comienza a encapotarse y no dejo de pensar en la vuelta.
Devolvemos el coche en el aeropuerto y esperamos la salida del avión, que a pesar de mis miedos, nos trae sin ningún contratiempo a casa. Atrás hemos dejado un emocionante e intenso fin de semana.

En resumen: toda la zona que hemos visitado tiene un encanto especial, casas entramadas, castillos renancentistas, pueblos medievales, ciudades ultramodernas...en definitiva, un poco de todo que ha contribuido a tener un fin de semana completo y especial y que aconsejo a todo el mundo.

5 comentarios:

  1. Preciosa narración de vuestro viaje. Me ha encantado

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    1. Me alegro que te haya gustado. Muchas gracias por el comentario!!

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  2. Este puente de Diciembre viajamos a Frankfurt, y pensábamos quedarnos allí todos los días, pero con este documento igual hacemos alguna incursión por los alrededores. Gracias por compartirlo.

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    1. Nosotros exprimimos mucho este fin de semana pero sin hacer tanto, si que os aconsejo hacer alguna pequeña excursión. Cualquier pueblo seguro que os gustará. Gracias por el comentario,Santi.!!

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  3. A mi me encanta Frankfurt, es una pasada y los hoteles en Frankfurt son hermosos. La comida también está muy buena.

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