miércoles, 2 de octubre de 2013

CIUDADES IMPERIALES DE MARRUECOS




Tenemos una semanita de vacaciones y, mirando, mirando, donde podemos aterrizar, hemos escogido Marruecos ya que Marzo es un buen mes para visitar el país. Aunque por la noche refresca bastante, especialmente en el interior, la temperatura es buena durante el día. 

Hemos alquilado un coche y haremos una pequeña ruta. 
El viaje no ha comenzado con buen pie: Vueling, sin mediar una palabra, nos ha cancelado el vuelo a Fez con salida el viernes y nos lo ha cambiado para el lunes. Pero que se han creído!! Perdemos dos días pero claro, a ellos les da igual. Nos dan la posibilidad de anular el vuelo y es lo que hacemos. Tenemos que buscarnos la vida rápidamente. Compramos otro vuelo para el sábado con Ryanair; de esta manera solo perdemos un día.
Poco antes de marcharnos recibimos otro mail de un riad diciéndonos que el precio de la reserva no era correcto, que era de la habitación individual, y lo mismo: o aceptamos el nuevo precio o  cancelamos la reserva. Vaya! esperemos que no ocurra nada más.
Por fin ha llegado el día, hemos confeccionado la ruta que ha quedado de la siguiente manera y...allá vamos!



-Sábado 15-Marzo:   Barcelona-Fes
-Domingo 16-Marzo: Fes-Moulay Idris-Volubilis-Meknes
-Lunes 17-Marzo:       Meknes-Rabat
-Martes 18-Marzo:      Rabat-Sale-Rabat
-Miércoles 19-Marzo: Rabat-Asilah
-Jueves 20-Marzo:      Asilah-Chaouen
-Viernes 21-Marzo:    Chaouen-Fez
-Sábado 22-Marzo:   Fez-Barcelona.

Tenemos todos los riads reservados previamente por internet y, como siempre a través de mi página favorita www.booking.com

En Marruecos preferimos alojarnos en riads y ¿que es un riad? Pues básicamente es una casa cuyas habitaciones se articulan en torno a un patio interior, generalmente con una fuente o un pequeño estanco. Si el patio es grande puede haber un jardín con arboles. 

En la época del protectorado francés, algunas casas de la medina fueron abandonadas y sus habitantes se trasladaron a nuevos barrios con mayores comodidades. Estas casas abandonadas fueron compradas por occidentales, especialmente franceses, que las restauraron respetando la arquitectura y la decoración tradicional.

Los riads tienen pocas habitaciones y se encuentran repartidas entre la zona de patio y el primer piso. Las habitaciones del patio pierden un poco la intimidad ya que las ventanas y la puerta dan directamente a esta zona que, la mayoria de las veces, hace la función de zona de relax y restaurante. Lo mejor son las habitaciones del primer piso pero, teniendo en cuenta que la inmensa mayoria de riads, no tienen ascensor y tienes que subir con las maletas a cuestas, éstas habitaciones también suponen un problema para gente mayor o discapacitada.  Casi siempre tienen una terraza con mesas, sillas, tumbonas... para poder tomar el sol, relajarte después de un día de caminata o tomar un refresco mientras se divisa las casas de la medina. 

Hay que hacer una valoración y elegir lo que más convenga en función de las necesidades de cada uno. Lo que es cierto es que casi todos los riads están decorados con un gusto exquisito  y, la mayoria, gozan de todas las comodidades. 
Su localización es dentro de la medina y es importante, a la hora de reservar un riad en una medina, tener en cuenta que por la noche la algarabía del día desaparece y las calles a menudo quedan desiertas y oscuras. Algunas medinas son enormes y es muy fácil perderse. Lo mejor es que el riad no esté, a mi entender, demasiado lejos de las entradas principales de la median. Hay que tener en cuenta que en las medinas no hay circulación de coches con lo cual, si se va en coche, hay que buscar un parquing cercano y en algunas ocasiones es un poco dificil encontrarlo. 
Alojarse en un riad es tener un trato cercano con el propietario el cual, a menudo, al llegar los visitantes, les recibe con un te de menta, unas frutas o unas pastas.

Todo tiene sus ventajas e inconvenientes pero en Marruecos, alojarte en un riad, es toda una experiencia que aconsejo realizarla al menos alguna vez.

SABADO 15-3-2014

Barcelona-Fez

Me he pasado gran parte de la noche sin poder dormir. Hace meses del último vuelo y esto se nota, los nervios vuelven a pasearse. Cuando suena el despertador me pongo en pie rápidamente, acabo de poner las últimas cosas en la maleta y salimos en dirección al aeropuerto. Esta vez vamos con nuestro coche y lo dejaremos en un párquing del aeropuerto llamado "Aparca &Go". Toda la semana nos ha costado 55,60 € que es el precio que nos cuesta un taxi de casa hasta el  aeropuerto, así que no está mal. Hemos hecho la reserva a través de internet. Es fácil de llegar y, sin tener que esperar nada , una van nos traslada hasta la terminal sin esperas y en un momento. Genial!

Embarcamos a la hora prevista pero lentamente, el avión va lleno. Detrás mio hay dos "nenes" que creo que van a dar guerra ya que no paran de abrir y cerrar la bandeja y no paran de dar golpes a mi asiento. Madre mía, que pesadilla. 
Por suerte en poco más de una hora y media  ya estamos en Fez. Vamos hacia la ventanilla de  "Thrifty", que es con quien tenemos el alquiler del coche,  arreglamos los papeles y vamos hacia el parquing donde está aparcado. Aunque queríamos un coche pequeño para movernos con más facilidad, nos dan un coche de categoría superior y claro, es más grande. El precio es el mismo y, por supuesto, no nos quejaremos. Ponemos rumbo a Fez y comienza la aventura!
Tenemos el riad en la medina por lo tanto, como en la medina no se puede entrar con el coche, hemos buscado un parquing cercano para poder dejar el coche con tranquilidad. 
En el camino para encontrar el riad y, sin saber como, me pego el batacazo del siglo. Medio "grogui", Cesc me ayuda a levantarme. La rodilla me duele un montón, y es la misma que el año pasado, en Polonia, también fue por los suelos. A la cicatriz del año pasado ahora tengo otra un poco más arriba. Comienzo a entender la expresión "tener la rodilla como un mapa". Por suerte, como en la anterior ocasión, la cámara está intacta.
Nos cuesta un poco encontrar el Riad Palais Batha ya que la entrada es a través del restaurante.
 
Como no hemos comido aún preguntamos si la cocina está abierta.Tenemos suerte, nos acomodamos en una mesa y decidimos probar un tajine de ternera. El tajine es un recipiente de barro cocido que consta de un plato y una tapa de forma cónica. El alimento se cocina lentamente y la forma cónica de la tapa permite que el vapor quede dentro del recipiente y, de esta manera, el alimento cocinado conserva todas sus propiedades. Es un plato típico de Marruecos y puede ser de pollo, ternera, cordero, verduras y hasta de pescado. No soy muy amante de probar cosas nuevas pero, que caray! este plato me hace tilín, será porque lo considero como una especie de estofado.
Para esperar el plato, nos traen una especie de "pica-pica", que consiste en varios platos pequeños con diversas cosas: aceitunas, tomate, pimientos, lentejas...
Luego nos traen el tajine que está bastante bien y de postre fruta muy bien preparada
Nos dan la habitación que se encuentra en el tercer piso y las escaleras son altísimas.
Desde arriba tenemos una buena vista del patio del riad
La habitación es grande con sofas
 
Dejamos las maletas, refresco mi rodilla y nos vamos a visitar la medina.
Fez es una de las capitales imperiales más antiguas ya que se remonta al siglo VIII. Tiene la medina mejor conservada del mundo árabe. Tiene más de 300 barrios y 9.000 callejones, no cabe decir  que perderse es tarea muy fácil. Lo que hacemos es intentar seguir una calle "principal" y sus callejones adyacentes; de esta manera siempre tenemos un punto de referencia. La actividad dentro de estas laberínticas calles es viva, llena de color y olor, caotica, misteriosa...
 
Cuando te alejas un poco de calle "principal", el bullicio de gente desaparece y acabas solo y medio perdido en callejones estrechos y solitarios.
Muchas veces estos callejones no tienen salida y en otras ocasiones se abren a pequeñas plazas con preciosas fuentes tapizadas de bonitos azulejos.
La Madraza Bou Inania, escuela coránica construida entre los años 1350 y 1357 es uno de los pocos edificios religiosos que aún continua utilizándose y que está abierta a los no musulmanes. Tiene un patio bellísimo: sus paredes de estuco y madera están talladas a mano con motivos geométricos
 
 
A diferencia de otras madrazas, tiene una mezquita con un minarete cubierto con brillantes azulejos de color verde.
Vamos entrando en la medina hasta la plaza Seffarine, situada entre el zoco de los tintoreros y el de los curtidores, es decir, el corazón de la medina.
En Fez hay cuatro curtidurias tradicionales que aun siguen vigentes. La más extensa es la curtiduria de Chouwara. A nosotros nos queda bastante lejos y optamos por visitar otra curtiduria, más cercana, aunque sea más pequeña, por aquello de " vale más pajaro en mano...."
Para ver las tinajas hay que entrar por la tienda, es tarde y están a punto de cerrar. El "reclamo"de la tienda nos lleva hasta la terraza y nos enseña como se tratan las pieles. Ahora no hay nadie y no lo podemos ver en la actividad cotidiana, pero nos hacemos una idea de como es trabajar en este lugar.
El primer paso de la elaboración del cuero es la introducción de la piel en enormes tinas llenas de excrementos de paloma y cal donde se dejan durante varios días en reposo.
Una vez han pasado los días, se se sacan los pelos que han quedado en la piel y se introducen en otras tinas repletas de colorantes naturales. Los trabajadores tienen que hacer equilibrios para moverse por encima de las tinajas y, con el calor todo el conjunto rezuma un olor nauseabundo. De hecho, al subir hacia la terraza hay unos cestos con ramitas de menta para apaciguar un poco el mal olor.
Posteriormente la piel se deja a secar...
...y ya está lista para su destino final: bolsos, carteras, cinturones...
Desde la terraza hay una vista magnifica de las casas de la medina, todas con su antena parabólica.
Por suerte están cerrando la tienda y no nos acosan para que compremos. Supongo que tienen más ganas de cerrar que esperar a que miremos y miremos para comprar sólo alguna tonteria.
Nos vamos ahora hacia la monumental puerta de Bab Bou Jeloud. Es una puerta relativamente nueva ya que data del año 1913. Esta zona siempre está muy animada y, por esta puerta se entra o se sale de la medina.
Las murallas de la ciudad son espectaculares, al igual que las puertas
 
 
Volvemos, poco a poco, a entrar dentro de la ciudad amurallada para regresar al riad.
 
!Donde me escondo, donde me escondo...!!
Hemos comido muy tarde y no tenemos muchas ganas de cena. Yo solo deseo llegar a la habitación y meter la pierna en remojo, a ver si baja un poco la inflamación. Cuando veo las escaleras me entran ganas de quedarme a dormir en el patio.
Pedimos algo de fruta, que muy amablemente, nos traen a la habitación y nos retiramos a descansar, que el día ha sido largo y muy bien aprovechado.


DOMINGO, 16-3-2014

Fez-Mulay Idris-Volúbilis-Mequinez (115 km)

Hemos dormido bien. La cama es cómoda y, a pesar de ser la habitación muy grande, no hemos tenido frío, el nórdico de la cama ha funcionado a las mil maravillas. Ayer fuimos a dormir tempranito y hoy nos hemos despertado a las 7:00 de la mañana. En media hora, duchita y a desayunar. 

El desayuno consiste en aceitunas, fruta, yogurts, queso, pan, pastas, te a la menta, zumo de fruta, cafes..bastante completo.
Después del desayuno pagamos y nos vamos al parquing para recoger el coche y poner dirección hacia Moulay Idriss. Dejamos Fez a nuestras espaldas y nos encaminamos hacia la ciudad santa.
De momento la carretera es bastante buena. Atravesamos parajes que no parecen Marruecos. Tierras verdes y aradas que no tienen nada que ver con las regiones del sur mucho más áridas y en donde pastan los rebaños de corderos, ovejas o cabras.
Pasamos por el pantano de Sidi Chahed con unas bonitas vistas
La carretera empeora y está muy bacheada. Poco a poco vislumbramos la silueta de Moulay Idriss.
 
La ciudad lleva el nombre del tataranieto de Mahoma y fundador de la primera dinastía real. Es una ciudad santa a la que acuden multitud de peregrinos. Esta abierta a los no musulmanes desde hace solo 70 años; anteriormente no podían pasar la noche en la ciudad. Ahora no hay ningún problema para ver la ciudad, pero todas las mezquitas están cerradas a los no musulmanes.
Aparcamos el coche en la plaza principal.

Al bajar del coche un joven se ofrece como"guia" para llevarnos a los lugares más emblemáticos. A pesar que le decimos que no necesitamos guía, él se mantiene a nuestro lado y nos va explicando cosas de la ciudad. Nosotros a lo nuestro y el a lo suyo, pegado a nosotros. Al final, al ver el laberinto de calles que vamos encontrando a nuestro paso, aceptamos que nos haga de guía por la ciudad y así no perderemos tiempo.

Lo primero que encontramos es el Mausoleo de Mulay Idriss, vetado a los no musulmanes. El cuerpo de Mulay Idriss se encuentra en este lugar y es objeto de veneración a la vez que importante lugar de peregrinación para muchos fieles, incluidos los miembros de la familia real. Se afirma que cinco peregrinaciones a este lugar equivalen a una peregrinación a la Meca. Una barrera nos impide entrar y solo podemos ver el pasadizo que lleva al interior del mausoleo.
Vamos subiendo por calles encaladas, estrechas y muy pintorescas.
 
Hasta llegar al único minarete cilíndrico de Marruecos, de azulejos de color verde y una bonita caligrafía.
Llegamos al punto más alto de esta población, enclavada entre verdes montañas, desde donde tenemos una fabulosa vista del mausoleo y de todo el pueblo en general.
 
La subida ha sido dura pero ya le temo a la bajada: como sufrirá mi rodilla!
Llegamos otra vez a la plaza principal del pueblo.
 
Nuestro "guia" reclama sus honorarios. Alegando que es un estudiante y tiene que pagarse sus estudios nos pide la friolera de 120 MAD. Madre mía! este se piensa que le tenemos que costear nosotros los estudios. Vamos negociando pero no llegamos a ningún acuerdo y el chico empieza a ponerse pesado y molesto. Para evitar conflictos le damos 70 MAD pero, aún así, lo acepta a regañadientes. La culpa ha sido nuestra por no pactar de antemano.
Salimos de la ciudad santa a través de una arcada
Continuamos nuestro camino hacia Volubilis
 
Sobre las 11:30 llegamos a Volúbilis. Dejamos el coche en el parquing (10 MAD) y entramos en el recinto arqueológico (10 MAD/persona).
Las ruinas romanas de Volúbilis constituyen  los restos arqueológicos mejor conservados de Marruecos y fueron declarados Patrimonio de la Humanidad en en 1997.
 
Aunque las excavaciones demuestran que sus primeros habitantes fueron cartagineses, la ciudad fué anexionada al Imperio Romano en el año 42 d.C.
La ciudad enclavada en la base del Rif fue el extremo occidental del Africa ocupada por los romanos. Se estima que la población, en su época álgida, alcanzó los 20.000 habitantes. Por su situación, en la base de las montañas del Rif, era ideal  para el cultivo de olivos y cereales. Aún pueden verse prensas de aceite.
Quedan restos bastante bien conservados del Arco de Triunfo, la Basílica, y las columnas del Capitolio que nos dan una idea de la importancia de la ciudad.
 
Tiene muchos mosaicos y muy bien conservados.
 
Hace bastante calor; me imagino la visita en pleno verano. Si vais en temporada de verano, no olvidéis un buen sombrero y mucha agua ya que la sombra brilla por su ausencia.
Las ruinas nos han gustado mucho y, por supuesto, bien vale una visita.
Seguimos nuestro camino hacia Meknes.
 
Llegamos a Meknes y lo primero que hacemos es buscar algún lugar para comer ya que son las 15:00 y tenemos bastante hambre. Buscamos una pizzeria situada en la "ville nouvelle", llamada Pizzeria le Four. Tenemos la suerte que aún está abierta. El espacio es bonito con muebles oscuros y paredes encaladas.
Pedimos dos pizzas, dos birras, una coca-cola y dos cafes (184 MAD). Las pizzas, servidas en tablas de madera, están bastante bien.
 
Mas relajados volvemos hacia la medina que es donde tenemos el riad. En ell parquing que habíamos previsto no podemos dejar toda la noche el coche y tenemos que buscar otro. Por suerte, en la otra esquina hay otro descampado, porque esto de parquing es un "decir". En este si podemos dejarlo toda la noche sin problema
Nos cuesta 30 MAD y además nos pide la propina. Cogemos las maletas y entramos por un lateral de la Puerta Bab el-Mansour que da a una plaza muy grande y descuidada. Buscamos por los laterales y rápidamente encontramos el riad Yacout.
El riad es nuevo y está muy bien.
 
Al llegar nos preguntan si queremos cenar. Como no sabemos si los restaurantes estarán cerca de nuestro riad, preferimos cenar en "casa".
Antes de la cena damos una vuelta por la plaza el-Hedim, corazón de la medina y donde se encuentra la monumental Puerta de Bab el-Mansour.
Esta gran plaza fue utilizada en sus orígenes para hacer anuncios reales y ejecuciones públicas. Ahora se puede encontrar de todo: gente charlando, comiendo, vendiendo, niños jugando...en fin, mucha actividad.
Las calles están repletas de gente: unos compran, otros venden y otros no saben como abrirse paso de entre toda esta gente.
Agobiados de tanta multitud nos vamos hacia el riad a descansar un poco y a esperar la hora de cenar.
Hoy toca tajine; Cesc lo ha pedido de verduras y yo de ciruelas.

 
Los dos están muy buenos. El riad tiene una cocinera excelente. Después de la cena nos vamos a descansar.
Hasta mañana!!!

LUNES 17-3-2014

Meknes-Rabat (185 Km)


Como hemos dormido de bien. Estas camas tamaño "king size" son la bomba. Con pereza, a las 7:30 nos levantamos.
Antes del desayuno vamos a hacer algunas fotos de la terraza del bonito riad.
El desayuno está bien: croisants, tortitas, bollos, zumo de naranja natural y cafés.
Después del desayuno lo primero que hacemos es visitar la madraza Bou Inania (10 MAD/pax).
Iniciada en 1331, se terminó 20 años más tarde. Presenta todas las caracteristicas típicas de la arquitectura marroquí: azulejos, estucos y techo de madera.
Los estudiantes más pequeños se alojaban, en su día, en la primera planta y los más mayores y profesores en la planta superior.
Habían dos alumnos alojados en las diminutas celdas.
Subimos a la terraza para ver la azotea y el minarete de la madraza.
 
La madraza es bonita, especialmente el patio inferior revestido de delicados estucos.
Salimos y nos vamos hacia el Museo Dar Jamai que se encuentra en la Place el-Hedim (10 MAD/pax).
Este museo se encuentra, aunque no lo parezca desde el exterior, dentro de un palacio construido por una poderosa familia en 1882 y que paso a otros ricos propietarios mas tarde. En 1912, los franceses requisaron el palacio para instalar un hospital militar y, en 1920, fue transformado en un museo considerado uno de los mejores de Marruecos.
La entrada es a través de un jardín y un patio de estilo andaluz.
El museo alberga exposiciones temporales que incluyen objetos tradicionales como cerámicas, alfombras, objetos de madera....aunque quizás, lo que más nos ha gustado, es la arquitectura del edificio.
Es muy bonito el santuario abovedado de la planta superior, amueblado como un salón tradicional, con grandes cojines y espectaculares alfombras.
Visto el museo, nos vamos hacia el Mausoleo de Mulay Ismail, atravesando la plaza principal de la medina.

Este mausoleo esta abierto a los no musulmanes. La entrada es gratis, sólo la voluntad.
 
En el exterior vemos el típico aguador.
La entrada, a través de un austero patio....
...no hace pensar que nos vamos a encontrar un bellísimo y suntuoso interior.
 
Los no musulmanes no podemos aproximarnos a la tumba ya que esta cercada.
Continuamos hacia la Place Lalla Aouda, o plaza de armas, donde Mulay Ismail pasaba revista a su célebre Guardia Negra, esclavos del África subsahariana que formarían las unidades de élite.
Al final de la carretera hay un pequeño edificio, la Koubbat as-Sufara (10 MAD/pax) que, en su día, fue la sala de recepciones de los embajadores extranjeros.
 
Justo al lado hay la entrada a una red de salas que se utilizaron para almacenar comida.
 
Regresamos al riad para recoger las maletas.
Salimos de una ciudad, Meknes, que nos ha gustado mucho, en dirección hacia Rabat atravesando verdes paisajes.
La autopista aunque no es gran cosa te permite ir más rápido (31 MAD). Hay que ir con cuidado ya que hay muchos controles policiales.
Llegamos a Rabat con muchísimo tráfico, gente por todas partes que cruzan como y cuando quieren, pitidos... 
Madre mia! esta entrada a la capital ha sido de infarto.
Lo primero que queremos hacer es comer, que ya hay hambre. Encontramos aparcamiento en una pequeña plaza y, justo delante, hay un restaurante. No lo pensamos dos veces y allá vamos.
Pedimos calamares, entrecot, dos colas y cafés. Nos traen de "pica-pica" dos platitos pequeños de habas y aceitunas.
La comida ha sido buena y, aunque no hemos pedido postre, nos traen tres mandarinas. Me hago el honor y me la como! El precio está super-bien (186 MAD), muy diferente a las comidas de los riads que, aunque por supuesto, están mucho más elaboradas, el precio también está mucho más elaborado.
Antes de ir al riad queremos ver la Chellah.
La Chella fue una antigua y prospera ciudad que los romanos tomaron en torno al año 40 d.C. Fue abandonada cuando cayó bajo el dominio bereber. En el siglo XIV, un sultán Abú al-Hassan construyó una necrópolis en lo alto de la ciudad. Aunque todo el conjunto está amurallado y bien conservado, los restos arqueológicos del interior están en bastante mal estado. Lo que hace de este lugar, un lugar mágico, es la cantidad de nidos de cigüeña que se encuentran por todos los rincones de los restos que quedan en pie y también en la copa de los árboles. Es increíble y muy bonito. Atravesamos las murallas...
...y oímos el típico "claqueteo"de los alargados picos de estas grandes aves.
Caminamos por el recinto viendo lo que queda de las columnas, templos,  foro...
 
Nos hubiéramos pasado horas observando todas las cigüeñas.
 
Es un sitio que os recomiendo para pasear, observar y estar tranquilos lejos del bullicio de la ciudad. Y, si además vais en época de apareamiento de cigüeñas, ya es lo más de lo más.
Con penita nos vamos de la Chellah y entramos otra vez en el caos de la ciudad. Llegamos a la torre de Hasan, uno de los símbolos de la ciudad. Entramos por una puerta flanqueada por dos guardias a caballo y vistiendo las mejores galas.
Este gran minarete tenía que alcanzar los 60 metros y tenía que ser el más alto del mundo musulmán. Pero al morir el sultán Yacoub al-Mansour, su constructor, todo quedó en tan sólo un proyecto y nunca se acabó.
La torre tiene una altura de 44 metros y flanquea una mezquita que fue destruida por un terremoto en 1755. Actualmente solo quedan unas columnas que atestiguan los grandiosos planes del sultán.
En la enorme explanada y frente a la torre se encuentra el mausoleo de Muhammad V. El abuelo y padre del actual rey están enterrados aquí.
 
 
Volvemos a la "carga"  en cuanto subimos al coche, por lo menos mi adrenalina se dispara al máximo. Ahora ya vamos en dirección al riad que se encuentra en la medina.
Encontramos un sitio para aparcar el coche. Cuando ya lo tenemos más o menos seguro, viene el "vigilante" y nos dice que mejor que saquemos el coche, que allí no es demasiado seguro para dejarlo toda la noche. Muy amablemente nos dice que hay un "parquing" vigilado justo en la otra calle. Sacamos el coche y con todos los ojos vigilantes nos vamos a buscar este parquing. La entrada no esta indicada y el interior es extraño y muy oscuro; es una especie de taller de coches, lavado y cosas varias y, entre estas cosas varias, guardan algunos coches. Bueno, a nosotros ya nos vale, por lo menos esta seguro.

Cogemos las maletas y nos dirigimos hacia la medina. Esta zona tiene una calle "principal" y pavimentada que está totalmente ocupada de vendedores. Abrirse paso con la maleta a través de todo el gentío es toda una proeza. Lo hemos conseguido y creo que no hemos pisado ningún pie con las ruedas de la maleta!
Por suerte el riad Zyo esta cerca.
Es un riad nuevo y muy moderno, pero respeta las caracteristícas arquitectónicas de los antiguos riads.
Nos ofrecen un pequeño tentenpié que agradecemos muchísimo y que nos sirven en la terraza.
 
Nos damos una buena ducha relajante y desestresante
 
Y, sin coche y sin maletas, nos vamos tranquilamente a cenar a una pizzeria llamada " La Mamma". En lugar es bonito pero bastante oscuro. Las pizzas están muy bien. Dos pizzas y tres cervezas 186 MAD
Luego, tranquilamente, nos vamos a "casa". Nuestra habitación se encuentra en la planta baja, junto a la piscina. Es una habitación moderna, muy limpia, con TV de pantalla plana, wifi y bomba de calor.
Deseamos meternos en la cama y dormirrr!.

MARTES 18-3-2014

Rabat-Sale-Kenitra-Rabat (105 km)


Ayer no cerramos demasiado bien las cortinas y, como no hay persianas, los primeros rayos de luz nos despiertan de madrugada. Me levanto y cierro un poco más; aún es temprano. A las 8:00 nos levantamos y nos vamos a desayunar.


El desayuno lo van trayendo poco a poco, primero una sopa de sémola...si, si, una sopa para empezar el desayuno. Cesc dice que si se toma a esta hora una sopa, no responde del resto de día y pasa de ella. Yo me atrevo...está buena...pero no me la acabo. Siguen con tortitas, tostadas, dos bombomcitos, flanes...todo en plan "delicatesen", zumo de fruta natural y cafes. Nos lo sirven poco a poco, sin prisas. 
El desayuno ha estado bien, quizás un poco raro ya que no estamos acostumbrados a estas exquisiteces. El propietario del riad ha venido a saludarnos y a preguntarnos que nos parece el alojamiento. Evidentemente no podemos decir otra cosa que "chapeau".
Después del desayuno nos vamos hacia la Kasba Des Oudaias. Esta fortaleza amurallada situada en lo alto de un acantilado tiene unas vistas muy bonitas al Atlántico. 
Debido a esta situación privilegiada, en sus orígenes fue concebida como ciudad amurallada y punto defensivo y estratégico. Con el paso del tiempo esta función ha desaparecido y, actualmente, es un barrio residencial.
La entrada a la Kasbah es a través de una espectacular puerta almohade, construida en 1195. 
Siempre hay muchachos que se ofrecen para hacer de guía; la kasba no es muy grande y, a mi entender, no es necesario. El interior de esta ciudadela está formada por estrechas calles empedradas, casas encaladas de muros blancos y azules a juego con las puertas, también pintadas en un azul intenso.
Queremos llegar a la llamada Plateforme du Sémaphore, desde donde se obtienen unas vistas excelentes pero, todas las calles están cerradas por una valla y los vigilantes nos impiden acceder. Según dicen están haciendo obras y la plataforma está cerrada.
Llegamos hasta el popular Café Maure para ver el estuario y el pueblo vecino, Salé.
Desde el café hay la entrada a los Jardines Andaluces, diseñados por los franceses durante la época colonial.
 
La kasbah nos ha gustado mucho, es pequeña, tranquila, limpia y coqueta y, además, gratis.
Salimos de esta ciudadela siguiendo las murallas. Desde abajo se divisa toda la Kasbah.
 
Entramos en la medina para ir a buscar el coche.  La medina, concurrida de gente que circula, vende o charla, es muy diferente a la Kasbah. Hay que ir con cuidado por donde se pisa ya que está bastante sucia. Llegamos a nuestro aparcamiento particular y cogemos el coche en dirección a Salé, con cuidado y mil ojos vigilantes para no atropellar a nadie.
Salé se encuentra muy cerca de Rabat, casi parece un barrio de la ciudad. Se encuentra totalmente envuelta de unas poderosas y bien conservadas murallas.

Seguimos las murallas por el interior de Salé hasta llegar a un mirador desde obtenemos una vista impresionante del grandioso cementerio musulmán y, a lo lejos,  Rabat.
 
La Gran Mezquita está cerrada a los no musulmanes, pero la Madraza está abierta como museo (10 MAD/pax). Como la mayoría de escuelas coránicas, la madraza es una maravilla; está formada por  un pequeño patio rodeado por una galería con paredes recubiertas de una bellísima decoración, estucos tallados y elegante carpintería de madera de cedro.
 
En la planta superior hay las pequeñas celdas para los estudiantes.

 
Se puede subir hasta la azotea desde donde se obtienen unas buenas vistas de la ciudad.
 
Al salir de la madraza, se nos pega un "guia" y, aunque le decimos que no queremos guia, él ni caso, se mantiene a nuestro lado explicándonos la historia de cada casa que vamos encontrando. Pasamos por el santuario de Sidi Abdallah Ibn Hassoun, el santo patrón de Salé y luego damos media vuelta para llegar a los zocos. En este momento nuestro supuesto "guia" quiere despedirse y nos pide la friolera de 100 MAD por persona. Éste está loquito !. No queriamos guia, por lo tanto no le pagaremos nada. Como al final se pone pesado y no nos deja tranquilos, le damos 10 MAD o eso o nada. A regañadientes coge los 10 MAD y, por fin, se va hacia otra calle. Por Dios! que pesados pueden llegar a ser algunos. Atravesamos la medina, que no tiene ningún interés y dejamos Salé.
Bordeamos la costa viendo las playas marroquies. Aqui se practica el surf ya que los vientos azotan toda esta zona, como la playa de Mehdiya.
Llegamos hasta Kenitra. Esta ciudad no tiene nada de especial a excepción de su Kasbah, bastante en ruinas, pero con una excelente posición en lo alto de un peñasco sobre el mar.
Mientras Cesc da la vuelta con el coche, aprovecho para sacar una foto. 
-Eh, espérame!!
Buscamos algún restaurante para comer. No hay turismo y muchos restaurantes están cerrados. Encontramos uno que parece más o menos correcto. No hay nadie, pero nos dicen que no hay problema para comer. Por lo menos tiene wifi y podremos conectarnos con casa. Pedimos frituras y calamares a la romana. Cuando traen los platos vemos que se han equivocado con un plato, ...caray!, y esto que no hay nadie para hacerse un lio con los pedidos!.
Como el plato no esta mal, no digo nada y me quedo con él. Cuando llevo medio plato comido, viene el camarero con otro plato. Nos pide disculpas por el error y nos deja el plato (el que había pedido al principio) encima de la mesa. Ya no sabemos si dejarlo o empezar al ataque con él. Bueno, ahora no le haremos el feo así que, también lo probaremos! A ver que nos cobran al final.
 
Pues ha estado todo correcto. Tres platos de pescado 4 coca-colas y dos cafés 325 MAD. Ahora bien creo que no voy a comer fritos en una temporada, porque aceitosos estaban un rato.
En nuestro recorrido hacia Rabat paramos en la Plage des Nations. Toda esta zona costera está llena de playas, pero son agrestes y bastante feas. Hay todo un complejo en construcción de bonitas casas con jardín e incluso piscina y guardia de seguridad. Lo vemos todo un poco raro ya que, con la pobreza que vemos a nuestro alrededor, todo este conjunto de casas superlujosas quedan  fuera de lugar.
Nuestra última parada es en los Jardines Exotiques. Estos jardines fueron creados por Marcel François en 1951 y posteriormente fueron abandonados. Poco a poco han ido recuperando su antiguo esplendor (20 MAD/ pax)
 
Hay tres caminos señalizados en colores para recorrer. Pensando en que seria pequeño escogemos la ruta larga ya que no tenemos prisa. Vamos recorriendo caminos y nos vamos encontrando diferentes plantas de la selva brasileña, zonas de jardines japoneses, jungla polinesia...además de estanques, coquetos puentes y pequeños caminitos.
 
 
 
Al final no hemos podido recorrer todo nuestro camino y tenemos que acortarlo ya que van a cerrar en media hora y estamos a mitad de camino. Un vigilante del parque nos apremia: vale, vale...seguiremos el camino cortito. Los jardines están muy bien y son bonitos, además de un buen lugar para sentir aire fresco en un día de mucho calor. 

Vale la pena si estáis por Rabat ya que solo están a unos 13 Km de la ciudad. Regresamos a la capital con un tráfico infernal. Dejamos el coche en el parquing y regresamos al riad para darnos una buena ducha. Luego nos vamos a cenar a la misma pizzería de ayer: pizza, spaguetti, tres cervezas: 210 MAD. Como en esta pizzería hay wifi nos entretenemos mandando unos wahatsapp y luego tranquilamente nos vamos al riad. Antes de entrar en la habitación estamos un rato leyendo en la bonita sala de lectura.
 
Luego, miramos un rato la televisión ya que hay muchos canales en español, hasta que nos entra el sueñecito....

MIERCOLES 19-3-2014


Rabat-Larache-Lixus-Asilah (243 km)



Hoy ha sido nuestra última noche en Rabat. El desayuno que nos ofrecen es, más o menos, como el de ayer, servido poco a poco, pero hoy, sin sopa.
Nos despedimos de nuestros amables anfitriones y vamos en busca de nuestro coche para poner rumbo a Asilah
Cogemos la autopista hasta Moulay Bousselham (28 MAD). Este tranquilo pueblo de pescadores tiene la importancia de quedar muy cerca del Parque nacional de Merdja Zerga. Este parque puede ser el paraíso de los aficionados a las aves ya que sus 7.000 Ha atraen a miles de aves migratorias, de caza, zancudas y muchos flamencos, lo que le convierte en uno de los principales hábitats de observación de aves de Marruecos. La mejor época para visitarlo es diciembre y enero pero, hasta marzo se pueden ver garzas, flamencos, ibis, espátulas, chorlitos...Hay que hacer una excursión en barco por la laguna para ver los flamencos . No llegamos en buen momento ya que la mejor hora para ver estas aves es desde el amanecer hasta las 12:00 o desde las 15:00 hasta al anochecer. Hemos llegado demasiado tarde ya que es casi mediodia y no podemos  quedarnos hasta las 15:00 ya que tenemos bastante camino por delante. Hacemos unas fotos de la playa y los pescadores y continuamos nuestro camino.
 
Cogemos otra vez la autopista y salimos hacia Larache (10 MAD). Lo primero que encontramos es la Casbah de la Cigogne una fortificación del s. XVII, construida por los españoles durante el reinado de Felipe III.
Muy cerca se encuentra la mezquita.
La ciudad estuvo ocupada por los españoles durante casi todo el s. XVII y fue protectorado español de 1911 a 1956 .Esta impronta española se nota en la urbanistica  de la ciudad, como su centro: la Place de la Liberation .
 
La entrada a la medina  es a través de un gran arco situado en la Place de la Liberation.
La medina, empedrada, parece anclada en el pasado. En la plaza del mercado, rodeada de columnas de color azul, se ubica un animado zoco.
 
En lo alto y dominando el océano se encuentran las ruinas de kasbah, una fortaleza del s. XVI construida por los portugueses y que, actualmente, presenta un estado lamentable.
Casas totalmente encaladas miran hacia el océano.
 
En el animado puerto pesquero buscamos algún restaurante para comer. Hemos pedido lenguado a plancha para dos y coca-colas (150 MAD). Como siempre se empieza con varios platos pequeños, aunque no los hayas pedido. Nos traen espinacas, berenjenas e incluso paella. El lenguado, para dos, es más bien pequeñito.
Hoy nos levantamos ligeritos de la mesa, puede que incluso sea mejor, así no estaremos pesados para ver Lixus.
A pocos quilómetros de Larache se encuentran las ruinas de Lixus. Este yacimiento arqueológico ocupado por fenicios, cartagineses y posteriormente romanos, se encuentra en un estado bastante lamentable. No hay que pagar entrada y la maleza cubre todos los restos visibles. Aún así, su emplazamiento y los restos que con imaginación se pueden ver, muestran la grandiosidad  del lugar.
Vamos siguiendo un caminito; no me atrevo a desviarme por miedo a que me salga algún bicho indeseado.
Los únicos compañeros que tenemos son unas cabras que, a sus anchas, van paciendo a través de todas las ruinas.
Vamos subiendo colina arriba y vemos el anfiteatro, que aún se encuentra bastante visible.
Según la guía queda un mosaico, el del Océano pero, por más que Cesc mira por el suelo, no logra verlo. Suponemos que está oculto tras los enormes hierbajos.
Desde la cima hay unas bonitas vistas del estuario de Loukkos y las salinas. En esta zona se encuentran los edificios civiles, restos de murallas, templo, baños públicos...pero hay que tener un poco de imaginación ya que está todo muy deteriorado.
Con cuidado de no tropezar y acabar con mis rodillas por el suelo, vamos descendiendo. En la verja hay el joven vigilante que nos ha abierto la puerta. Damos un pequeño donativo, Lixus sólo está excavada en una mínima parte; quedan muchos restos para sacar a la luz pero el presupuesto para esto, es secundario. Una ayudita, por pequeña que sea, siempre viene bien.
Llegamos a Asilah a media tarde. Nuestro hotel Al Alba no está en la medina sino en una zona de nueva urbanización. En realidad es una casa pareada bastante nueva.
Dejamos las cosas en la habitación y aprovechamos la luz del dia para ver la ciudad y el atardecer en la cornisa.
La ciudad está ahora vacía pero parece ser que, en temporada alta, está plagada de turistas. La medina es poco típica a mi entender; está muy limpia, bien encalada y pintada de vivos azules y verdes, y, aunque es muy bonita, no tiene el encanto de otras medinas. Muchas de las casas han sido compradas por gente adinerada, bien marroquíes u occidentales y esto se nota ya que ha perdido la pureza original.

 
Seguimos las murallas hasta el bastión sudoeste que es el lugar desde donde se ven unas bonitas vistas del mar, murallas y de la incipiente puesta de sol.
Salimos de la medina viendo la Torre de El-Kamra, una fortificación portuguesa y la mezquita, de un blanco inmaculado.
Hacemos tiempo esperando a que abran los restaurantes ya que aún no son las ocho. Perdemos el tiempo en la ciudad y en el bonito paseo marítimo, sentados en un banco y viendo el transcurrir de la gente. Es típico comer caracoles y garbanzos en los improvisados tenderetes. El olor llena hasta nosotros mientras, poco a poco, va oscureciendo.
El restaurante, recomendado, no nos ha gustado. Pedimos la cuenta y nos vamos hacia casa que tenemos un ratito.
En toda la casa domina el color azul.
 
El baño es enano pero tiene bastantes "amenities", cosa de la que suelen pecar, por escasez, la mayoría de los riads
Nuestra habitación es pequeña pero coqueta y, como en la habitación no hay TV, (cosa que nosotros encontramos a faltar), nos ponemos una película en el ordenador.
Hasta mañana!!!


JUEVES 20-3-2014

Asilah-Chaouen (150 Km)

Nos hemos despertado sobre las 7:30 de la mañana y, al ver que el tiempo está un poco chungo, nos damos otra vez la vuelta. Al cabo de un rato, nos levantamos y vamos a desayunar. La casa está muy bien, tienen mucha información de todo tipo y el dueño, que es valenciano, nos cuenta como, poco a poco, fueron montando el negocio con ayuda de su suegro.
Después del desayuno nos despedimos y cogemos el coche para entrar en la autopista (20 MAD). Es curioso pero, en toda la autopista vemos a cada pocos metros policías, en plan firmes y con uniforme de gala. Evidentemente, alguien importante pasará por la autopista.

Cuando estamos un rato circulando nos llaman del dar de  Chaouen para informarnos de la situación y de como llegar. El dar Zambra se encuentra en la parte alta de la medina. Podemos dejar el coche en un parquing. Allí nos espera un chico para acompañarnos hasta el dar Zambra. La casa es típicamente marroquína y somos recibidos por la dueña, que es española. 

Nos deja escoger la habitación ya que somos los primeros huéspedes. La casa es básica pero está bien arreglada. Nuestra habitación está pintada totalmente de azul, incluso los muebles son azules.

El baño es enano, tiene un espejo muy pequeño y alto que, a mi, no me sirve para nada. No huele demasiado bien.
 
En el dar no sirven almuerzos y como es bastante tarde preguntamos donde podemos comer. Nos indican que el restaurante Aladdin está bastante bien. 
El dar Zambra se encuentra en lo más alto de la medina y debemos bajar muchas escaleras. Mecachis! lo que va a sufrir la rodilla del batacazo.
Poco a poco llegamos al restaurante Aladdin. Ostras! menuda escalera: ahora para arriba!! Finalmente nos sentamos; hay sitio para escoger ya que no hay nadie.
Lo que hemos pedido de la carta no puede ser. Carta larga pero poca cosa para elegir; se nota que es temporada baja. Al final hemos pedido ensalada, pincho de pollo y postre.
 
La comida ha sido normalita, simplemente para llenar el estómago para afrontar la caminata que nos espera. Mientras esperamos el café nos asomamos a las ventanas ya que, desde el restaurante, hay unas bonitas vistas de la Kasba.
El corazón de la medina es la Plaza Uta el-Hammam, dominada por los muros de la Kasba y por la Mezquita (no permitida la entrada a los no musulmanes).
 
Dentro de la Kasba hay un bonito y tranquilo jardín.
 
El museo lo encontramos cerrado pero podemos ver la torre y las mazmorras.
 
Chaouen es una ciudad preciosa, quizás una de las más bonitas de Marruecos. La ciudad está encaramada entre las montañas y sus casas encaladas y pintadas de un color azul intenso le dan un aspecto limpio y fresco que, junto a la amabilidad de sus gentes, hace que te sientas muy a gusto paseando por las estrechas callejuelas de su medina.
 
 
Llegamos hasta los lavaderos públicos.
Es hora de hacer la colada
 
Volvemos sobre nuestros pasos hacia la medina otra vez
 
Y  admiramos las calles y puertas de azul intenso.
 
 
Subimos las empinadas escaleras hasta el dar Zambra. Decidimos cenar en la casa para no tener que volver a bajar y subir  y castigar otra vez mi sufrida rodilla. Descansamos un rato en la habitación y, cuando las mesas están a punto, salimos al pasillo a cenar. La casa es pequeña y tienen que improvisar cada día para la cena un pequeño restaurante para las tres habitaciones de la planta.
Cenamos de maravilla una ensalada enorme y una tortilla de patata muy buena acompañados de unos simpáticos argentinos con los que tenemos una agradable conversación. Después de la cena y, con poco más que hacer, nos retiramos a la habitación, miramos una pelicula a través del ordenador y a descansar.


VIERNES 21-3-20014

Hoy ha amanecido con un día radiante y decidimos desayunar en el terraza.

 
Desde la terraza tenemos unas vistas muy bonitas de la ciudad con sus paredes pintadas de color azul.
 
Una vez acabamos de desayunar y de despedirnos de nuestros amables anfitriones, nos vamos hacia el parquing para recoger el coche. El chico del dar Zambra nos acompaña, con las maletas. Hacemos un último vistazo a la ciudad y nos despedimos de una ciudad que  nos ha encantado.
Atravesamos paisajes muy verdes y labrados. 
 

Llegamos a Fez. Lo primero que hacemos es ir a comer a un restaurante llamado "Casa Nostra", situado en la Ville Nouvelle.
No hay nadie; podemos escoger lugar. La pizzeria está bien. Nos traen unas mini pizzas para entretener el hambre.

Las pizzas son correctas de tamaño y están muy bien.

Después de la comida, las coca-colas y los cafés de rigor (146 MAD) nos vamos hacia el barrio judío o Mellah. En el siglo XIV, Fez  se convirtió en refugio para los judíos los cuales, buscando protección, fueron leales al sultán.
Las casas, con grandes balcones, mirando a la calle, contrastan con las casas musulmanas
 

Nos adentramos en el barrio pero está semi vacío. Las calles cada vez se estrechan más y, a medida que vamos avanzando, tenemos problemas con los lugareños que se van acercando a nosotros, ya sea para pedir alguna moneda o hacernos de guía. Nos entra un poco de miedo ya que las calles están desiertas y optamos por volver a la calle principal, mejor ser prudentes.
Nos acercamos al palacio real (no abierto al público) para admirar las puertas de latón.
 
Y recogemos el coche que lo hemos aparcado cerca de las murallas.
 
 
Para tener una impresionante vista de la medina, hay que llegar hasta las tumbas benimeries pasando, primeramente, por el museo militar.

Las tumbas benimeríes se encuentran en un estado bastante lamentable de conservación.

 
Desde aquí se puede contemplar la grandeza de la medina de Fez 
 

Después de ver la inmensidad de esta medina nos vamos hacia allá para ver si podemos encontrar el riad. Hay un aparcamiento muy cerca y allí dejamos el coche. Un hombre con un carrito super destartalado, y casi sin mediar palabra, nos pone las maletas en el carro viejo y sucio. Le seguimos hasta el riad Adarissa.
Se encuentra dentro de la medina pero en una calle perpendicular a la calle"principal".
 
Como es la última noche en Marruecos hemos querido hacerlo bien. Los 79 € que nos ha costado bien los vale y los hemos pagado a gusto ya que el riad es muy bonito. Nos reciben con unas pastas y un té a la menta.
 
Hacemos los trámites pertinentes y dejamos las maletas en nuestra suite. Queremos pasear un poco por la medina antes de que anochezca. Hay la pega de que hoy es viernes y muchas tiendas están cerradas, sólo algunos comercios quedan abiertos.
 
Adentrarse en la medina de Fez, cuando empieza a oscurecer, no es demasiado aconsejable por el riesgo de perderte. Muchos callejones están solitarios y preferimos no alejarnos de la calle "principal". Al cabo de un rato de paseo, y viendo que no hay casi nada abierto, damos media vuelta y regresamos a nuestro riad.

 
Hoy cenaremos en casa y probaremos el cus-cus.
Nos preparan la mesa
 
El cus-cus nos sabe como a un cocido a la olla de presión. No está mal pero está claro que no es mi plato favorito. 

Acabamos de cenar y nos vamos a nuestra enorme habitación de techos altísimos, casi podemos jugar al escondite. La cama es de tamaño king size, el salón es espectacular con un sofá de grandes dimensiones
 
Un poco de tele y de internet y a dormir nuestra última noche en Marruecos.

SABADO 22-3-2014


Que bien hemos dormido. Nos damos una ducha en la "piscina" que tenemos por bañera. El baño es tan grande que incluso hace frío.


El desayuno no está en consonancia con lo que es el riad ya que es bastante flojito. El dueño viene a saludarnos y nos comenta como se construyó desde cero y todos los materiales nobles que utilizó en su construcción. Después de la charla nos despedimos,  salimos de la medina con la última foto curiosa del viaje.

Cogemos el coche y directos al aeropuerto de Fez para salir directos hacia casa.


UN POCO DE RESUMEN 

-En una semana se puede hacer perfectamente toda la ruta propuesta.
-Las carreteras no están en unas condiciones excelentes pero, con un turismo normal, es suficiente para hacer la ruta.
-Las autopistas, las pocas que hay, son baratas.
-Las carreteras son poco transitadas y la conducción es fácil, al contrario de las grandes ciudades, como Rabat, en que hay que tener nervios de acero y ser un conductor algo experimentado ya que el tráfico es de campeonato y todo el mundo va a su bola.
-Ojo con coger un riad dentro de la medina de Fez ya que es enorme. Perderse es lo más fácil del mundo y, en según que horas, puede resultar un problema.
-En Chaouen la gente es amable, simpática y no te acosa pero, en general, hay que tener muy claro que, si no se quiere guía, no se quiere y hay que dejarlo claro ya que siempre hay alguien que se pega a tu lado de forma insistente y luego te piden lo que quieren.
-En Marruecos el "aparca coches" es casi un oficio. Normalmente te piden la voluntad; nosotros siempre les dábamos 10 MAD.
-En Chaouen los maleteros nos cobraron 20 MAD por maleta; aquí la voluntad, nada de nada.


Y esto es todo, espero que este relato pueda servir a alguien para preparar su viaje; con esto ya me conformo. 





6 comentarios:

  1. Me encanta Marruecos! Este puente de mayo iba a volver a Fez y a conocer Meknes y Volúbilis, pero no ha podido ser. Anoto vuestros alojamientos, un saludito viajero.

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    1. No te preocupes, tendrás otra ocasión..Marruecos siempre estará allí y a ti te queda muy cerca. A nosotros también nos gusta mucho el país. Ya espero tener otra semanita para volver!!
      Saludos!!

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  2. Una ruta muy bonita mandarina, tengo ganas de ver Chaouen, a mi también me queda Marrakech y la zona de Ouarzazate.

    Nosotros menos mal que siempre vamos con Santi, que se los domina y espanta bien pronto a los pesados.

    Seguro que aprovecho alguna información en algún futuro viaje.

    Saludos, Cati.

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    1. Marrakech es bonita pero, Chaouen es más auténtica!!

      Saludos!!

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  3. Ya veo que había pasado por aquí, jeje. Esta vez nos escapamos a Fez y la idea es ir un día a Volubilis y Meknes, el resto lo dedicaremos a Fez, ya que es una miniescapada de 4 dias, realmente dos completos allí. Me ha encantado releerte, Marruecos me apasiona. Un besote!

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  4. Ya veo que había pasado por aquí, jeje. Esta vez nos escapamos a Fez y la idea es ir un día a Volubilis y Meknes, el resto lo dedicaremos a Fez, ya que es una miniescapada de 4 dias, realmente dos completos allí. Me ha encantado releerte, Marruecos me apasiona. Un besote!

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