jueves, 11 de noviembre de 2010

FIN DE SEMANA EN AMSTERDAM



MIERCOLES11-10-2006

La noche se ha hecho muy corta ya que nos hemos levantamos a las 3.15 de la madrugada. Si, si, no es broma, es la pega de los vuelos de bajo coste. La ventaja, por decirlo de alguna manera, es que llegaremos pronto a Amsterdam y podremos aprovechar todo el día.

Sobre las 4 de la madrugada salimos hacia el Prat ya que el avión de la compañía Vueling despega a las 6 de la mañana.

Dejamos el coche en el parking del aeropuerto. Salimos puntuales. El vuelo bien, pero con alguna turbulencia. Llegamos a Amsterdam sobre las 8 de la mañana. Una vez allí, cogemos un tren (el billete nos cuesta 3,60 €) y después un autobús. Compramos una strippen Kart, que nos sirve para autobús y tranvía, costándonos 19,80 €.

Nos bajamos en Leidse Plein y, con las maletas a cuestas, las siete personas que componemos el grupo nos dirigimos al hotel Alexander, situado en Vondelstraat.


La situación es muy buena, y el hotel está bien. Al llegar tan pronto, lógicamente no tenemos aún habitación, pero podemos dejar las maletas y empezar a visitar la ciudad.

Después de tantos años encuentro Amsterdam igual de bonita, quizás con más ambiente, y con un montónnnnn de bicicletas.


Para no saturar a los niños con los museos decidimos ir a visitar hoy uno de pequeño: el museo Van Gogh.

Salimos un tanto decepcionados ya que encontramos a faltar algunas pinturas importantes del famoso impresionista que, suponemos, deben formar parte de alguna exposición itinerante o porque toda la primera planta esta en obras.

Hacemos un alto para comer en una pizzería (dos pizzas, una calzone, birras y cocacola, 41,25 €). Después de comer, Jaume y su familia se retiran al hotel a dormir un poquito, ya que se encuentran cansados. Nosotros, optamos por continuar paseando por la fantástica ciudad.

Más tarde nos encontramos otra vez todos juntos para tomar un barco en Rokin y realizar la típica excursión a través de los canales (7,50 €). Aunque muy turistico es un paseo agradable.



Después del pequeño paseo en barca, continuamos por las abarrotadas callejuelas de la ciudad por las que casi tienes que pedir permiso para caminar....y, por cierto, está lleno, pero lleno, de españoles. Paseamos por la zona de la Universidad, Muntplein y área vecina a Rembrant’s Plein. Después de la cena (dos ensaladas, un bistec con patatas, aguas y cerveza 32 €), nos retiramos al hotel, un poco cansados de un día tan largo.

JUEVES, 12-10-2006

Desayunamos en el hotel: bollos con mantequilla y mermelada, jamón, salami, queso, zumo de naranja natural y café con leche. Esta mañana, visitaremos el Rijksmuseum.


Sinceramente, lo recordaba mucho más grande quizás sea porque tenemos la mala pata de encontrar muchísimas salas cerradas por renovación. No estará totalmente al cien por cien hasta el año 2010, según nos dijeron.

Una vez visto el museo, nos vamos a ver si podemos alquilar una bicicleta. Nuestro asombro es mayúsculo cuando vemos que el precio del alquiler durante un día es bastante alto (18 € por bici). Optamos por dejarlo, aunque nos ha quedado el gusanillo.

Paseando, llegamos hasta la casa de Anne Frank


Mientras hacemos cola para comprar las entradas, cae un chaparrón de mucho cuidado y nos alegramos, por unos momentos, de no haber alquilado las bicis.

La casa ha cambiado un poco, ahora se incluye en la visita una exposición en la que hay abundante documentación sobre la deportación de los judíos alemanes por los nazis. Sobrecoge pensar, como debia ser la vida para aquellas personas encerradas en cuatro paredes y viviendo siempre con el temor de ser descubiertos.

Al salir de la casa de Anne Frank nos entra hambre, miramos el reloj y vemos que ya es la hora de comer. Buscamos un restaurante mientras caminamos por Raadhuis Straat. Cerca de la Plaza Dam las piernas se clavan delante de un restaurante como si dijeran: !!aquí!! .En realidad, las piernas no acertaron nada en esta elección ya que después de sentarnos, elegir el menú y esperar más de tres cuartos de hora para que nos sirvieran, se olvidan del plato de Cesc. Después de reclamar que faltaba un plato, nos dicen que la culpa es nuestra, que no lo hemos pedido. Quedamos atónitos de la mala educación de que hacen gala en este restaurante. Aun así, pedimos otra vez el plato. Al cabo de unos segundos vemos al cocinero en persona y nos dice que tardará mas de media hora en servirlo.

-Pero si sólo es una hamburguesa!!!.

-Es igual...nos repartiremos la comida entre todos.

No hemos tenido que pedir la cuenta ya que ésta ha volado, literalmente, hasta nuestra mesa. En fin, una pena encontrar gente tan desagradable.

Paseando se nos olvida el mal rato pasado durante la comida. Estamos un rato en la Plaza Dam.


Depues de unas fotos llegamos al barrio rojo, es media tarde pero una buena hora ya que vamos con niños.

Es un barrio muy curioso. A esta hora no hay demasiada gente, y muchos “farolillos” no estan encendidos pero ya es suficiente para que los que nunca habían estado aquí, entre ellos mi hija, tuviera una idea de lo que significa todo el turístico barrio.


Volvemos hacia la Plaza Dam recorriendo Kalver Straat para finalizar por los alrededores de Leidse-Plein, donde, gracias a la gran cantidad de restaurantes que hay, es un buen lugar para acabar la jornada.


VIERNES, 13-10-2006

Hoy viernes nos vamos de excursión. Después de desayunar vamos a recoger el coche que previamente hemos reservado desde Barcelona. Por fortuna, la agencia de Europcar se encuentra muy cerca de la calle Overtoom, que es una calle paralela a donde nosotros tenemos el hotel. Hemos alquilado un monovolumen para los siete, que nos ha costado 108 € todo el día. Después de los trámites de rigor, ponemos rumbo hacia Marken.



Marken es una de las localidades turísticas más famosas de Holanda. Está formada por todo un conjunto de casas de madera pintada perfectamente cuidadas. Es un museo viviente; la circulación está prohibida a los automóviles y esto hace que sea incluso más bonita si cabe.

Entramos en una tienda y, algunos, les dá por hacer la "holandesita"


El día amenaza lluvia, el cielo está muy nublado y la temperatura es fresca, esperemos que aguante sin llover. Aunque con sol todo luce mucho más, todas nuestras cámaras fotográficas disparan a todo tren, cualquier rincón merece un clic. Marken es pequeñito, está visto en seguida, con lo cual regresamos al coche para continuar hacia Volendam.

El paisaje que vamos viendo es tipicamente holandés: vacas, pasto verde, agua, preciosas casas...



Igual que la anterior población, Volemdam es una de las localidades más atractivas de Holanda y también de las más visitadas. La imagen más bonita, la ofrece el puerto, con sus casas de madera y las barcas de vivos colores. Nos entretenemos mucho, ya sea tomando fotos o entrando en las múltiples tiendas, cosa que aprovecho para comprar un típico molino de cerámica que creo que quedará muy bien en el comedor de casa.


Buscamos algún lugar para comer, ya que con tanta calma, nos ha dado la hora de comer. Entramos en un bonito restaurante, y pedimos fish and chips (un plato de pescado con patatas fritas y ensalada), muy completo, que nos cuesta con cerveza incluida 10 €. Nos tomamos incluso un cafelito, ya que vemos una máquina para café expreso, aunque bueno, de expreso....tiene bien poco.

Siguiente parada Edam, importante centro lechero y pintoresca localidad con numerosas casas del siglo XVII.


Nada más entrar, vemos a un par de ancianos vestidos a la antigua usanza.-Paraaaaa el coche!!!!! Dice Jaume. Se baja rápidamente del coche para captar la instantánea.-Nos encontraremos en la plazaaaaaaaa....Nosotros buscamos un lugar para aparcar, cosa difícil con un coche grande y con unas calles tan estrechitas. Mientras, vamos viendo toda la gente mayor vestida con los trajes típicos, es alucinante: las mujeres con las cofias y faldas largas y los hombres con sus trajes oscuros y sombreros....Conseguimos aparcar, y rapidamente nos vamos hacia el lugar donde hemos quedado con Jaume. Al pasar junto al canal cuando encontramos todo un grupo de abuelitos y abuelitas sentados en un banco y conversando tranquilamente. Realmente parece que nos encontremos en otra época. Sin pensarlo dos veces, les pido si podemos hacerles una foto. No nos ponen ninguna pega, todo al contrario, posan como unos verdaderos artistas. Hacemos una par de fotos chulísimas y nos encontramos con Jaume.


Muy contento, nos enseña su foto, captada a distancia, de un par de personas. Nosotros le enseñamos las nuestras y casi le da un soponcio al ver que nosotros hemos conseguido mejor instantanea sin correr, en cambio el se ha dado un buen carreron persiguiendo el objetivo: abueletes a la vista!!

Nos hemos reido un buen rato.


Después, paseamos por la población y compramos queso, como no, estamos en Edam.


Al ser poblaciones pequeñitas, enseguida están vistas. Volvemos hacia el coche para llegar al último pueblo que visitaremos hoy: Enkhuizen.



Es una población dedicada al cultivo de los tulipanes, mercado agrícola y punto de partida para las excursiones al Ijsselmeer. Tiene gran número de edificios construidos durante los siglos XVI y XVII. La torre Dromedaris, edificio defensivo, domina el pueblo y el paseo marítimo está surcado de bonitas casas antiguas. No podemos ir al museo al aire libre, ya que debido al horario se encuentra cerrado. Damos un paseo por la población. Poco a poco ha ido oscureciendo y ya es hora de regresar hacia Amsterdam, cosa que hacemos sin detenernos más.

Se nos ha hecho bastante tarde y, al llegar a Amsterdam, la oficina de Europcar ya está cerrada. Aparcamos el coche en una calle y dejamos la dirección y la llave del coche en un buzón de la oficina. Después regresamos al hotel, que por suerte, se encuentra cerca.

Descansamos un poco y después nos vamos a cenar por la zona de Leeidse Straat. Muy concurrida cuando empieza a oscurecer; es la zona de ambiente y un poco, un teatro callejero.

Hoy podemos ver la actuación de un hombre, entrado en años y medio desnudo, haciendo piruetas sobre una cuerda.


Los niños se lo pasan en grande. Al acabar la "función" buscamos algún lugar para comer. Hay tantos restaurantes por ésta zona, que se nos hace incluso difícil elegir. Al final, y después de un par de vueltas, nos decantamos por una pizzería, “Antonio’s Ristorante”: tres pizzas, dos cervezas y una botella de agua 41,40 €. Después de comer, comentar y reír los acontecimientos del día, nos vamos a dormir.

SABADO 14-10-2006

Hoy dejamos Amsterdam, pero como nos marchamos en el último vuelo, las 21.30, intentaremos aprovechar el día al máximo. Después del desayuno, reorganizamos las maletas, realizamos el chek out y guardamos las maletas en una especie de consigna, hasta la hora de marcharnos al aeropuerto.

Decidimos que no podemos marcharnos de la ciudad sin montarnos en una bicicleta. Alquilamos la bici por tres horas, tiempo suficiente para quitar el gusanillo y contentar a los niños. Esperemos que el tiempo aguante, ya que, también hoy está bastante nublado.


Lo primero que hacemos es ir a visitar la casa de Rembrant, (12.50 €, adulto; 10.00 € tarjeta ISIC; 1,50 € de los 6-15 años). La casa ha cambiado mucho desde la última vez que estuvimos. Se han realizado ampliaciones, aunque a mi parecer no justifica el excesivo precio de la entrada, más aún siendo el año Rembrant.


Una vez visto el museo, acordamos que nos encontraríamos en el lugar del alquiler de las bicis, ya que cada familia tiene intereses diferentes para ver diferentes cosas. Nosotros, primero, optamos por recorrer un poco la ciudad y sus canales.





Acabamos en el Begijnhof. Tenemos dificultad para aparcar la bici, es que hay un montón!!. Entramos por una portezuela que se encuentra en la plaza de Spui e inmediatamente se da un salto en el tiempo. El Beguinato se fundó en 1346 como una residencia de beguinas, mujeres solteras o viudas dedicadas a la oración y la asistencia a los ancianos. Tiene el aspecto de un pueblo pequeño: un patio silencioso con un jardín y una iglesia católica, metida entre las casas. Se va a celebrar una boda y los invitados, muy encopetados, se van reuniendo en el silencioso jardín.



Tres horas pasan rápido y ya es la hora de vuelta de las bicis. Nos encontramos en el mismo lugar para después ir a comer en un italiano en la zona de Leidse Straat (una pizza, lasaña, bistec con patatas y ensalada más las bebidas 44,50 €).

La tarde la dedicamos a pasear por el canal Singel, Kalver Straatt para llegar a la Plaza Dam. En el camino vemos unos curiosos urinarios públicos, muy prácticos para quien esté muy apurado!


Despacio, retomamos la vía de regreso hacia el hotel para recoger las maletas, mientras hacemos las ultimas fotos, para dirigirnos hacia el aeropuerto de Shiphol. El vuelo que nos traerá de vuelta a casa sale a las 21.30h. Sin ningun contratiempo llegamos a Barcelona, recogemos el coche en el parking del aeropuerto (60 €), y damos por finalizado estas mini vacaciones de cuatro intensos días a la ciudad de los tulipanes.